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Unidad 3: La Segunda Guerra Mundial

1. Causas de la guerra

Muchas de estas razones nos suenan de temas anteriores. En resumen, las causas fundamentales fueron:

  • El Tratado de Versalles, más que una paz, fue una tregua, un armisticio, como dijo en su día el mariscal francés Ferdinand Foch. Las impagables reparaciones de guerra y la hiperinflación derivada de la crisis, la ocupación francesa del Ruhr o la división de Alemania en dos por el corredor polaco fueron inaceptables para Alemania. La debilidad y la poca aceptación popular de la República de Weimar propicio que el nazismo ocupase las calles y, poco a poco, obtuviese escaños en el parlamento, hasta que en 1933 obtiene la mayoría en las urnas.

  • El expansionismo inherente a todos los fascismos, que llevó a Japón a la invasión de Manchuria en 1931, a Italia a hacer lo propio en Abisinia en 1935 y, por fin, a Hitler a anexionarse Austria y conquistar los Sudetes, y poco después el resto de Checoslovaquia, en 1938. Los tres países abandonaron la Sociedad de Naciones en estos años. En 1939, Italia invadió Albania sin que a nadie pareciese importarle. En este estado de cosas, el estallido de la guerra sería cuestión de tiempo.

  • Los pactos también anunciaban agresividad. Italia y Alemania acuerdan ayudar al general Franco en su golpe de estado contra el gobierno de la república en España. Francia e Inglaterra desean evitar a toda costa verse envueltos en una gran guerra y deciden mantenerse neutrales, mientras la URSS ayuda a la república, pero a cambio de grandes cantidades de dinero.

  • Siguiendo con la política de pactos, en noviembre de 1936, Japón y Alemania firman el pacto Antikomintern para colaborar juntos contra la expansión del comunismo, al que luego se unirán otros países. En mayo de 1939 se firmó el Pacto de Acero entre Mussolini y Hitler. Nacía el eje Roma-Berlín. En agosto de ese mismo año, Alemania y la URSS firmaron el pacto Ribbentrop-Mólotov de no agresión. Aquí, hay que decir que Stalin vio que la mejor manera de asegurarse la no invasión por parte de Alemania era pactar con ella. El documento incluía dos cláusulas secretas clave: los dos países se repartirían Polonia y la URSS tenía vía libre para invadir Finlandia, sin oposición alemana. Fue precisamente la invasión de Polonia (1 de septiembre de 1939) la que hizo decidirse a Reino Unido y a Francia y declarar la guerra a Alemania el día 3 de septiembre.

  • Fallo de la política de apaciguamiento: Édouard Daladier y Neville Chamberlain, primeros ministros de Francia y Reino Unido respectivamente, hicieron, diplomáticamente, todo lo posible para que Hitler frenase sus ansias expansionistas, incluido mirar para otro lado cuando este invadió Checoslovaquia (Acuerdos de Múnich, septiembre de 1938), pero todo fue en vano.

2. La rápida expansión alemana (1939-1942)

Simplificando mucho, podemos decir que Alemania comenzó ganando la guerra y expandiéndose vertiginosamente por Europa hasta la batalla de Stalingrado (1942-1943), cuando la guerra dio un giro total y los Aliados comenzaron a comerle terreno al Eje. Vamos a comenzar con las rápidas victorias alemanas.

2.1. La blitzkrieg (guerra relámpago)

 

Curiosamente, los primeros meses tras la invasión de Polonia, prácticamente no hubo enfrentamientos, pese a las declaraciones de guerra, de ahí que estos mese entre septiembre de 1939 y abril de 1940 hayan pasado a la historia con el nombre de Guerra de Broma. Los beligerantes estaban a la expectativa, tratando de analizar los puntos débiles del enemigo.

Hitler, básicamente, utilizó la misma táctica que en la Primera Guerra Mundial: atacar y derrotar muy rápido a Francia para poder concentrarse en una hipotética guerra en el este (aunque la URSS y Alemania habían firmado el pacto Ribbentrop-Mólotov, los planes futuros de Hitler contemplaban la invasión de la Unión Soviética). Esta vez, la jugada le salió mejor a Alemania gracias al uso de la 'guerra relámpago' (blitzkrieg), que consistía en invadir muy rápido el territorio enemigo, primero debilitando sus defensas mediante el bombardeo de la aviación (la temible Luftwaffe) y luego arrasando lo que quedase con la infantería y los tanques.

En abril de 1940, Hitler, que quería hacerse con las reservas de hierro de los países nórdicos, invadió Dinamarca y Noruega, sin que los Aliados hiciesen nada al respecto. El antibelicista primer ministro inglés, Neville Chamberlain, dimitió y su lugar fue ocupado por Winston Churchill en mayo de 1940.

A partir de mayo, los aliados reaccionan, pero muy lentamente. Francia se creía segura tras su Línea Maginot y dejaron casi sin protección el bosque de Las Ardenas por considerarlo infranqueable, pero fue precisamente por allí por donde entraron las divisiones Panzer, invadiendo casi a la vez Países Bajos, Bélgica, Luxemburgo y Francia (mayo-junio1940).  El ejército alemán acorraló al británico en Dunkerque (norte de Francia) y este tuvo que escapar por mar hacia Inglaterra (Operación Dinamo). Mientras, en Francia, la mitad norte quedó ocupada por los nazis, y en la mitad sur se estableció un gobierno colaboracionista, títere de Hitler, encabezado por el mariscal Pétain, antiguo héroe de la Primera Guerra Mundial. Este "État Français", con capital en Vichy, ayudó al Eje en todos los ámbitos, incluido el exterminio de judíos. El general disidente Charles de Gaulle se exilió en Londres y, desde allí, llamó a los franceses a resistir y consiguió afianzar la alianza franco-británica. 

En julio, comenzó la Batalla de Inglaterra. La táctica de la Operación León Marino era la misma: la Luftwaffe bombardearía Inglaterra para preparar una invasión por mar. A pesar de los bombardeos, Inglaterra resistió y gracias a la RAF (fuerza aérea británica) Hitler tuvo que posponer su plan, si bien continuó con la guerra submarina, al igual que en la Primera Guerra Mundial.

Para el mes de octubre, Italia quiso continuar conquistando los Balcanes desde Albania, pero fracasó en su invasión de Grecia. Hitler, fiel al Pacto de Acero, fue en ayuda de Mussolini, y en 1941, Yugoslavia y Grecia habían sido invadidas, y Eslovaquia, Hungría, Rumanía y Bulgaria convertidos en estados títeres.

2.2 1941-42: El punto de inflexión

En junio de 1941, Hitler pone en marcha un plan soñado por mucho tiempo: la Operación Barbarroja, la invasión de la URSS. Stalin pensaba que el pacto Ribbentrop-Mólotov era una garantía de seguridad, pero no contaba con la traición de Hitler. En octubre, la Wehrmacht (fuerzas armadas alemanas) y sus aliados (italianos, rumanos, checos, etc.) habían llegado hasta Moscú, pero la feroz resistencia del Ejército Rojo -después de unos primeros meses de desorganización, ya hemos hablado de cómo las purgas de Stalin diezmaron la oficialidad- y el invierno ruso frenaron el avance alemán (Batalla de Moscú, octubre 1941-enero 1942). Las posteriores ofensivas en 1942 y 1943 demostraron que el ejército nazi no estaba logísticamente preparado para una ofensiva que se extendía desde el Mar Negro hasta el océano Ártico, y fracasaron tras sangrientas batallas, especialmente la de Stalingrado (julio 1942-febrero 1943), la más cruenta, que se llevó por delante más de 2 200 000 de almas.

El 7 de diciembre de 1941 se produjo el ataque japonés a Pearl Harbor, ideado por el general Tōjō tras las sanciones impuestas por EE. UU. sobre Japón por la presencia de bases militares niponas en la Indochina Francesa. Automáticamente, el presidente Roosevelt declaró la guerra a Japón y se unió a los aliados. Los dos bandos -Eje y Aliados- quedaban configurados.

3. El contraataque aliado y el final de la guerra

 

3.1 Las derrotas del Eje en 1942 y 1943.

Como se ha dicho, la batalla de Stalingrado fue decisiva: la URSS comenzó a reconquistar sus tierras y a liberar de los nazis Rumanía, Bulgaria, Hungría y la ciudad de Varsovia (después de la guerra, estos países pasarían a formar parte del bloque socialista).

Por otro lado, en el norte de África, el Eje había lanzado una ofensiva liderada por el alemán Rommel (el Zorro del Desierto) y sus Afrika Korps para tomar el canal de Suez, pero fueron vencidos en la  Segunda Batalla de El Alamein, Egipto (octubre-noviembre de 1942) por las tropas británicas bajo el mando del general Montgomery.

Además, en el verano de 1943, los aliados penetraron en el sur de Italia, (desembarco de Sicilia: Operación Husky) liberando toda la mitad sur. Mussolini fue obligado a dimitir por su rey y arrestado el 25 de julio. En el norte, se formó un país títere de Alemania llamado República Social Italiana (RSI), con capital en Saló. Los paracaidistas alemanes liberaron a Mussolini de su arresto (Operación Roble) y lo pusieron al frente  de la RSI en septiembre de 1944, pero solo nominalmente, pues Hitler dispuso a sus oficiales para indicar al Duce qué hacer en cada momento. Es el último episodio de la vida de Mussolini: el 25 de abril de 1945, una insurrección puso fin a la RSI y tres días después moría fusilado por los partisanos.

3.2 El final de la guerra en Europa (1944-45)

El 6 de junio de 1944 tuvo lugar la operación anfibia más grande de la historia: el Desembarco de Normandía. Los aliados, con el general Dwight Eisenhower al frente, tomaron por asalto y tras una fuerte resistencia nazi una serie de playas en esta región del norte de Francia. La derrota alemana fue rotunda y produjo un efecto dominó: París fue liberada en agosto, los Países Bajos en septiembre y Grecia en octubre. 

En diciembre, los alemanes lanzaron su última gran ofensiva (Operación La Guardia del Rin), pero fueron derrotados en los bosques de Las Ardenas y tuvieron que replegarse hacia su país. Allí, sufrieron ataques y bombardeos constantes por parte de los aliados, que querían que Alemania se rindiese sin condiciones. Un ejemplo de esto fue el bombardeo de Dresde, una ciudad alemana que ya no representaba ningún peligro y que fue arrasada por las bombas aliadas simplemente para acelerar la rendición en febrero de 1945.

Dicha rendición era cuestión de tiempo: el 24 de abril, las tropas de la URSS entraron en Berlín y el día 30, Hitler se suicidó en su búnker. El almirante Karl Dönitz, el mismo que estuvo al frente  de la guerra submarina, le sucedió como presidente de Alemania y preparó la rendición incondicional, que se firmó entre el 7 y el 8 de mayo.

Al Duce no le fue mucho mejor en Italia: a sabiendas de que Alemania perdía la guerra y no podía garantizar su seguridad mucho más tiempo, trató de huir de una RSI que agonizaba. Mientras iba en el coche con identidad falsa, fue reconocido en un control de carretera por un grupo de partisanos el 27 de abril. Al día siguiente, fue ejecutado y colgado cabeza abajo en una gasolinera de Milán junto a su amente y tres asesores. Italia había sido liberada tres días antes, el 25 de abril.

3.3 El final de la guerra en el Pacífico

Japón llevó a cabo su propia "guerra relámpago" tras el ataque a Pearl Harbor (recordemos: diciembre de 1941): en los primeros meses de 1942 invadió parte de la costa china, las colonias francesas, británicas y neerlandesas (Birmania, Tailandia, Indochina, Malasia, Indonesia) y las Islas Filipinas, que entonces era un dominio estadounidense, venciendo a los ejércitos aliados. Sin embargo, entre el 4 y el 7 de junio de 1942 tuvo lugar, en mitad del Pacífico, la batalla de Midway, en la que Estados Unidos derrotó a Japón de forma decisiva. Después, entre agosto y febrero del año siguiente, Japón vuelve a ser derrotado en la Batalla de Guadalcanal y los aliados, comandados por el general Douglas MacArthur, liberarán, entre 1944 y 1945, las islas previamente invadidas por los japoneses, incluidas las Filipinas. La flota imperial quedó destruida.

No obstante, fieles al código de honor samurái, Japón no pensaba rendirse y plantó batalla desde su archipiélago hasta el final. En 1944, apareció la Unidad Especial de Ataque Shinpū, más conocida como kamikazes, pilotos suicidas que estrellaban su avión contra objetivos enemigos, tales como portaaviones estadounidenses. 

En julio de 1945, el nuevo presidente de EE. UU., Harry Truman (Roosevelt había muerto en abril) está en una encrucijada: la victoria sobre Japón solo es posible si se invade la isla o si se lanzan bombas atómicas. Ante la perspectiva de la cantidad de soldados que morirían en una invasión, se decide por la segunda opción. Las bombas atómicas caen sobre Hiroshima y Nagasaki los días 6 y 9 de agosto de 1945 (66 000 y 70 000 muertos al instante, respectivamente). Entre medias, el día 8, la URSS declaró la guerra a Japón e invadió los territorios japoneses en Mongolia, China y Corea. El día 15, el emperador Hirohito anuncia la rendición. La guerra ha terminado.

 Alemania se rinde 

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